Con motivo de la festividad de la Pascua, el Archivo Municipal consaburense comparte el siguiente documento  que atesora entre sus fondos desde el siglo XVIII.


Entre las diversas funciones que un Ayuntamiento ha tenido a lo largo de su historia, una de las más importantes han sido las de mantener el orden, el decoro y la disciplina entre sus vecinos/as. Otra cosa es que siempre se haya conseguido.

El documento elegido es un decreto firmado en el consistorio consaburense, en sesión de 27 de marzo de 1779, donde se aprueban una serie de medidas que aseguren la correcta celebración de la Semana Santa, y evitar así ciertas prácticas irrespetuosas de algunos lugareños/as provocadas durante la pasada jornada del Domingo de Ramos, y estableciendo las correspondientes penas a todos aquellos que vuelvan a repetir dichas acciones, entre ellas la de practicar juegos lúdicos como el del periquillo al jarro*, o disfrazarse de penitentes sin la menor devoción.

La religiosidad en España ha sido una constante a lo largo de los siglos, y en consecuencia la influencia que ha ejercido la Iglesia en las vidas cotidianas también. Para muestra, este documento donde se trata que la conmemoración de la muerte y pasión de Jesucristo sea llevada con el máximo rigor. No hay lugar para la diversión más mundana o terrenal.

Se hace transcripción literal del acta:

En Consuegra a 27 de marzo de 1779

“Decreto para que no se juegue al periquito, el jarro, ni se vistan de Nazarenos, durante la semana santa”.

“En la villa de Consuegra a veinte y siete de marzo de mil setecientos sesenta y nueve, los señores Justicias y Regimiento de ella, que abajo firmarán, estando juntos en la Sala Capitular de su Ayuntamiento, según costumbre para tratar y conferir las cosas y casos tocantes al serbicio de ambas Magestades, bien y utilidad de esta republica y sus vecinos, dijeron: Que teniendo presente las grabes ofensas, que a Dios Ntro. Señor, se hacen y cometen la tarde del Domingo de Ramos por los hombres y mujeres, que ejecutan el Juego de Periquito, el Jarro, y los desórdenes por los Disciplinantes y Nazarenos en tiempo de Semana Santa, quando debieran estar los corazones contentos y dedicados a la contemplación de la muerte y pasión de Ntro Redentor Señor Jesuscristo, a efecto de evitar y remediar abusos tan perjudiciales, debían acordar y mandaron sus mercedes, se publique  en los sitios acostumbrados de esta villa, para que ninguna persona de cualquier estado y calidad sea osada con pretensión alguna a ejecutarse la tarde y noche del día veinte y ocho del corriente mes en el dicho juego llamado del Periquito, el Jarro, ni otros nocibos en las calles, plazas, ni extramuros de este pueblo; lo que cumplan vajo pena de un ducado y quatro días de cárcel y que en próxima Semana Santa, ninguno salga de día, ni de noche por las calles, procesiones, iglesias, ni hermitas vestido de Disciplinante de Azote, empalado, ni de otro modo disfrazado con penitencia alguna pública, ni secreta. Y los Nazarenos que lleben las imágenes e insignias de la Pasión en las procesiones vaian con los rostros y caras descubiertas igualmente que los que se dediquen a velar al SSmo. Sacramento en las iglesias durante los días de Jueves y Viernes Santo; por la mucha irreberencia, desorden, y falta de deboción, que causa con tales espectáculos, lo que también cumplan vajo la misma pena, de un Ducado, y quatro días de prisión, y con apercibimiento, de que se procederá contra los inobedientes con todo rigor de derecho. Así lo acordaron, mandaron y firmaron sus mercedes, de que yo el Escribano  doy fee”

Ir al contenido